Cuando decimos que alguien es “romántico” lo primero que viene a la cabeza es alguien “cursi”, aquel que todo el tiempo está pensando como agradar a su pareja y llenándola de detalles ridículos. Pero realmente una persona que convierte el romanticismo en estilo de vida es, todo lo contrario.
En la actualidad, el ser romántico es un lujo. Es aquel que busca la calidad en lugar de cantidad. Es una persona que conoce a su pareja e identifica lo que necesita. Una linda cena, un fino detalle, una caricia, una llamada. En pocas palabras, un ser astuto que se jacta de sorprender, seducir y enamorar aquel que ama.
Es cierto que la vida ha cambiado y los roles se han mezclados. He escuchado a mujeres decir que se sienten incómodas, cada vez que un hombre les abre la puerta del coche, pues dicen que ellas pueden hacerlo. De acuerdo, una mujer puede hacer todas esas cosas, Pero, dejar que un hombre te ceda el paso, te abra la puerta de algún lugar, te dé su abrigo cuando tienes frío, es un acto de educación. Y la educación se ve y se siente bien en cualquier lugar y en cualquier momento.
La realidad es, que existen pocos que lo hacen. Pero esto puede ser, verdaderamente una ventaja. Pues es más atractivo estar con alguien que te colma de finos detalles, aquel que simplemente no le interesa. Por lo que tomar la decisión de convertir el romanticismo como estilo de vida puede ser la diferencia de “es alguien con quien, alguna vez salí” a “me encanta salir con él”.
El amor, ese sentimiento profundo de deseo, de belleza, de atracción, se convierte en un elemento de transformación que facilita que los sueños de aquellas personas que libremente así lo deseen orienten sus relaciones. Este es el tipo de amor que tiene una Nueva Masculinidad Alternativa en sus relaciones, sean del tipo que sean, en la diversidad de formas, orientaciones o duración. Para un NAM, la relación no tiene sentido si no cumple esas características y no nos veremos ligados a alguien que no desea estar con nosotros. Además, no somos una especie rara: somos muchos los chicos y los hombres que deseamos y creemos en relaciones así. Es por eso que solo pretendemos tener relaciones con personas que desean lo mismo para ellas: por lo tanto, no mantendríamos una relación con alguien que deseara que fuéramos unos chulos dominantes, ni tampoco marionetas a quien manejar.
Si es verdad que el romanticismo supuso una revolución en la elección de las relaciones que superaron el feudalismo repugnante que reinó durante siglos, hoy podemos declarar que, como ya sabemos, la revolución del siglo XXI será la del amor, los NAM ya estamos contribuyendo a esta revolución defendiendo y proclamando que nos gusta ser románticos. Lo decimos sin tapujos, sin dudas, con toda la profundidad del sentimiento igualitario del amor y con toda la pasión y deseo por las relaciones soñadas que queremos vivir y gozar.
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